Es un paciente con una enfermedad de la que sólo hay 50 casos descritos en el mundo.
La Justicia entiende que el retraso impidió diagnosticar y tratar antes al enfermo.
La Justicia ha condenado al Servicio Galego de Saúde a indemnizar con 332.346 euros a un lucense al que le retrasó un año una prueba decisiva para diagnosticar y comenzar a tratar correctamente su enfermedad. Se da la circunstancia además de que este paciente sufre lo que se conoce como síndrome de Cobb, una enfermedad rara de la que sólo hay descritos cincuenta casos en el mundo.
La sentencia acaba de ser comunicada por el juez del Contencioso-Administrativo 2 de Lugo que atiende en parte la reclamación interpuesta por el abogado Cándido Álvarez Flores en nombre del paciente. En su reclamación inicial se solicitaba una indemnización de 826.713 euros, que finalmente el juez reduce a esos 332.346 al limitar más en el tiempo los efectos que el retraso tuvo en el estado del enfermo.
Un estado, por otra parte, que no deja de empeorar, ya que se trata de una enfermedad degenerativa sin cura por el momento, que se caracteriza, entre otras cosas, por la aparición de tumores en la médula espinal. En estos momentos ya tiene reconocida una minusvalía del 73%, no puede ejercer su profesión y necesita ayuda de terceras personas para su vida diaria.