Incapacidad permanente total por fractura vertebral – Cuidadora a domicilio.
El INSS había desestimado la solicitud de la empleada de hogar y cuidadora de personas mayores alegando que el cuadro clínico residual “Dorsalgia, fractura de D11” no le impedía desarrollar su trabajo porque se trataba de una fractura no complicada y consolidada.
Se acredita en el acto del juicio que la fractura estaba acuñada en más de un 30% y que producía dolor a nivel lumbar, especialmente en sacro y coxis.
Se aportó informe pericial y un informe de un centro de fisioterapia, acompañado de varios videos, que acreditaron según sentencia “una importante limitación de la movilidad a nivel del raquis, donde presenta rigidez dorsolumbar, lo que provoca un desequilibrio y una marcha con riesgo de caídas. Sólo puede llevar a cabo una marcha autónoma en superficies irregulares y se ayuda de un bastón en zonas irregulares para prevenir caídas”.
Critica la sentencia el informe médico de la administración y así dice “parece esconder la precisión al respecto de la procedencia de la incapacidad permanente” al restar importancia al cuadro clínico afirmando que son patologías que no guardan relación con la baja médica derivada del accidente no laboral que sufrió la trabajadora.
Por lo que concluye la sentencia que la exigencia física de su profesión es incompatible con el estado de salud que presenta. Al no poderla desarrollar de forma continuada en el tiempo, de forma profesional y común debido aprovechamiento sin poner en riesgo su propia salud.
