Ventajas
1. Mejor equilibrio entre vida laboral y personal: Un día más de descanso.
2. Aumento de productividad: Al incentivar al personal a ser más eficiente.
3. Impacto positivo en el medioambiente: Un menor número de desplazamientos reduciría la huella de carbono y gases efecto invernadero.
4. Atracción y retención de talento: Será un atractivo el equipo de trabajo.
Inconvenientes
1. Dificultades de implementación: problema logístico, sobre todo para sectores que dependen de horarios específicos.
2. Impacto en la remuneración y beneficios: Reducir la jornada podría implicar la reducción de salario, de beneficios e incidir en otros beneficios: seguros de salud, planes de jubilación etc.…
3. Incremento de costes laborales: Necesidad de contratar más personal o afrontar inversiones.
4. Resistencia al cambio por parte de la empresa: El desafío del cambio no es fácil y más en un mercado tan diverso en el que las jornadas de trabajo vienen impuestas por criterios y necesidades comerciales. Es posible que sea más fácil para unos, difícil para otros e imposible en muchos casos.
Somos reacios a los cambios y entre los ejemplos tenemos el debate de agrupar los festivos en lunes o viernes con la finalidad de no perjudicar la productividad o el cambio horario.