El Sergas ha sido condenado a indemnizar con 90.000 € por mala praxis y daños morales por la extirpación del bazo y parte del páncreas tras demora en el diagnóstico de un carcinoma renal.
Entiende el TSJ de Galicia que las secuelas no pueden considerarse solventadas por el simple hecho de que el paciente tenga que ponerse más vacunas.
Además, debe soportar una mayor intolerancia alimentaria a la mayor parte de comidas grasas, algunas verduras, con problemas digestivos y molestias abdominales. Así como la existencia de una hernia postquirúrgica y resulta indudable la existencia de un trastorno ansioso-depresivo reactivo y un perjuicio estético.