Sentencia pionera permite condenar penalmente a Sanitarios por errores médicos gracias al «Caso Madrid Arena»
Una sentencia, condena a dos meses y medio de prisión y 115.000 € de indemnización a un médico de urgencias del Hospital Sanitas La Moraleja de Madrid, que dejó de hacer un TAC craneal a un paciente en Urgencias con signos evidentes de riesgo vital, y acabó en muerte cerebral pocas horas después.
El fallecido, de 61 años, fue trasladado en diciembre de 2007 a Sanitas La Moraleja. Llegaba sin conocimiento, con fiebre y temblores, pero sólo se le practicó una exploración superficial. No se le hizo un TAC y tampoco tuvieron en cuenta un antecedente importante: dos días antes sufriera otra caída.
A la mañana siguiente, un nuevo facultativo toma en consideración algo que había pasado por alto el otro médico: el paciente toma Sintrom, el anticoagulante, lo que hace más perentoria una intervención urgente. Se le hace un TAC de urgencia y emerge un importante hematoma en la cabeza. Se le traslada a la UCI, pero llega en muerte cerebral.
Cuando la causa se judicializó, el médico alegó que no recordaba el caso, e incluso que ese día no estaba de servicio.
El Juzgado de lo Penal 11 de Madrid, condena posteriormente al médico – exonerando al centro hospitalario -, apostillando: «Es un hecho indubitado que el acusado no realizó ninguna prueba para diagnosticar y pautar el tratamiento adecuado, limitándose a realizarle una exploración física simple y una analítica».
La Audiencia Provincial de Madrid resolvió en diciembre pasado el recurso del sanitario determinando que no cabía duda de que estuviera trabajando en aquel turno.
Hasta ahora, la situación habría desembocado judicialmente en la exoneración penal del médico, por no ser seguro el fatal desenlace, aunque hubiera ordenado hacer el TAC. Sin embargo, la Audiencia Provincial de Madrid, lo ha condenado penalmente , aplicando la doctrina que en el caso del Madrid Arena permitió la condena, por parte del Supremo, de los médicos presentes aquella noche de 2012 en el pabellón madrileño en que fallecieron cinco adolescentes en una avalancha: aunque no se pueda saber si, aun habiéndose hecho la prueba, se hubiera salvado a la víctima, si la negligencia del médico precisamente hace imposible el conocimiento de ese extremo se le puede condenar penalmente.